Reflexiones al Mensaje del 25 de marzo de 2008


ENCUENTRO CON DIOS - PRECONDICION PARA LA VERDADERA CONVERSION

"¡Queridos hijos! Los invito a trabajar en la conversión personal. Aún en su corazón, están lejos del encuentro con Dios. Por eso, transcurran el mayor tiempo posible en oración y en Adoración a Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar, para que El los cambie y ponga en su corazón, una fe viva y el deseo de la vida eterna. Todo es pasajero, hijitos, sólo Dios es eterno. Yo estoy con ustedes y los aliento con amor. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!" 03/2008


En el mensaje del 25 de marzo del 2008, Nuestra Señora nos invita a la conversión personal. Esta llamada esta dirigida a cada individuo, puesto que nadie es excluido de esta invitación maternal. Convertirse significa renunciar a la manera de vida anterior y comenzar una nueva vida en Jesucristo. La conversión envuelve al ser humano por completo; por ejemplo, esto sucedió al hijo prodigo del Evangelio de San Lucas, y a San Pablo, a San Francisco, y a muchos otros santos conocidos y desconocidos. La conversión envuelve nuestro corazón y nuestra voluntad; al corazón porque es el centro del hombre y, si se convierte el corazón, el hombre entero se convierte. Pero, además de la conversión del corazón, debe también haber conversión de la voluntad, porque la conversión es un grito pidiendo ayuda. La voluntad nos ayuda en el camino que hemos elegido. Nos ayuda a no fallar en las primeras cruces. La conversión verdadera pide la renuncia, no solamente del pecado, sino también de todas esas pequeñas cosas, pequeños dioses que nos inpiden elegir a Dios totalmente. Jesús es completamente claro cuando dice: "...si alguien desea venir en pos de mí, debe negarse a si mismo, y tomar su cruz diariamente y seguirme." (Lc 9.23). En la conversión, permitimos a Dios que nos conduzca así podemos saber sus planes para nosotros. No hay conversión sin la oracion, porque que el rezo es, de algun modo, la primera y la ultima precondición para la conversión, avance espiritual y santidad. Nuestra Señora también nos señala esta dirección, cuando nos dice en su mensaje del 25 de junio de 1992 que nos invita a la conversión dia a dia. Si no rezamos, no podemos decir que nos estamos convirtiendo, dice Nuestra Señora. El rezo nos ayuda a convertirnos continuamente, a siempre a pensar en Dios y a seguir siendo fieles a El. El rezo es la conversación entre Dios y el hombre. Dios conoce nuestros corazones mejor que nosotros; Él no está interesado tanto en nuestras palabras como en las actitudes de nuestros corazones. Otra cosa importante para el rezo es también la confianza. Debemos encomendarnos totalmente a las manos de Dios, así El puede hacer de nosotros a sus amantes hijos e hijas. Debemos depositar en El todos nuestros deseos, planes, metas y debilidades. Debemos darnos a El totalmente, así puede conducirnos dondequiera que El desee - a su reino. Como madre verdadera, Nuestra Señora nos dirige todo el tiempo a su hijo Jesús y nunca se pone asimisma en el primer lugar.

En el mensaje de la tarde, Ella también nos invita a que adoremos a Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar, puesto que el adorarle nos conecta con la toda la iglesia. San Alfonso Maria d'Liguori dice que, entre todas las clases de devociones, la primera y más querida por Dios, y más útil a nosotros, es la de adorar a Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. La proximidad de Jesús despierta la fe viva en nosotros, y la fe es el inmerecido regalo que Dios da a cada hombre. Por lo tanto, toda la gente debe abrir sus corazones para aceptar ese regalo. A traves de la fe, nos abrimos a Dios, y solo entonces podremos reconocerle. Podríamos comparar la fe con la luz. Como la luz, rechaza la oscuridad, la angustia y la desesperación, y da confianza y fuerza. De modo que la fe aligera el camino de los que la tengan y los conduce como la oscura nube que condujo a los israelitas a través del desierto de día, y la nube resplandeciente que los conduzco por la noche. Los que esperan una clara evidencia material de la fe deben estar decepcionados. Cuando Santo Tomas, en su profunda incredulidad, dijo que él no creería en Cristo resucitado hasta que pusiese sus dedos en las heridas de Cristo, Jesús le contestó: "...benditos son que no vieron, pero aún así creyeron." (Jn 20.29). Si todo estuviera totalmente claro, no habría mérito en la creencia. La gente no cree en algo que conocen con seguridad, pero sí en algo que permanece parcialmente oculto. La fe es confianza, pero es también amor hacia la persona en que creemos. Mucha gente esta consciente que este mundo es transitorio en su debilidad, y aún así elige creer en esos valores efímeros. Nuestra señora nos advierte que solamente Dios es eterno. La Reina de la Paz nos anima con amor. Todos sus mensajes contienen amor y humildad. Somos agradecidos a Ella por esto y nos recomendamos a su mediación.


Fr. Danko Perutina
Medugorje, Marzo 26 del 2008


BackHomeOverviewInfo
Last Modified 05/05/2008